En los últimos años hay algo que no falla, los municipios con mayor probabilidad de robos en viviendas están ubicados en la cosa. ¿Es algo casual? Ni mucho menos es casualidad. Un estudio de Unespa revela cómo el confinamiento posteriores cambios de hábitos han empujado también a los ladrones a cambiar sus estrategias.
Pese a que Madrid y otras poblaciones del interior mantienen el interés de los delincuentes, ahora más que nunca éstos se fijan en las segundas residencias; esas viviendas que antes pasaban la mayor parte del año vacías, y ahora tienen garantías superiores de estarlo.
Los ladrones, que siempre han buscado actuar esquivando a los inquilinos, ven en estas casas de playa o pueblo el objetivo para sus hurtos. Suelen ser viviendas poco o nada protegidas, en zonas con escaso tránsito de personas y nulos sistemas de seguridad. No sorprende por tanto, que los robos más graves se den en su mayoría en ubicaciones próximas al litoral, justo donde solemos tener más segundas residencias.
Visto lo visto, no es ninguna locura el tener que preocuparse por la seguridad si tenemos una segunda residencia en la playa. Por suerte muchas de las estrategias no requieren un gran desembolso de dinero. En este artículo vamos a responder a la siguiente pregunta: ¿Cómo protejo mi segunda vivienda?
VISITAS PERIÓDICAS
Lógicamente no es posible en todos los casaos, pero hay que tratar de llevarlo a cabo siempre que podamos. La idea establecer un plan de visitas periódicas a nuestra segunda residencia, especialmente si se encuentra relativamente cerca. Puedes intentar ir una vez cada tres o cuatro semanas, para hacer ver que el inmueble no está abandonado.
¿Qué pasa si la segunda residencia la tenemos lejos? En tal caso, lo aconsejable es que te apoyes en una red de vecinos local, es decir, delegar la terea de entrar a la vivienda, subir persianas, encender luces, etc. a algún vecino de confianza.
ALQUILAR LA VIVIENDA
Esta es una alternativa que, en determinados casos, puede resultar interesante. Si bien la opción del alquiler nos asegura tener la casa habitada diariamente y evitar el riesgo de robo, hay veces esta no es la solución adecuada. Gestionar el día a día con el rentado cuando vivimos a cientos de kilómetro de la vivienda, puede llegar a suponer un verdadero quebradero de cabeza. Con familiares cerca sería otra cuestión, pero sin una red de soporte traerá más problemas que soluciones.
UNA BUENA CERRADURA
Basta una palanca y un poco de fuerza para reventar una puerta. Los ladrones saben que en las segundas residencias estos sistema de seguridad no cuentan con la misma calidad ni resistencia que en las viviendas habituales.
No hace falta conseguir la mejor cerradura del mercado, pero sí que esté con las últimas tecnologías posibles. Hay modelos inteligente que funcionan vinculados a la domótica y se pueden controlar desde el smartphone. La idea e ponérselo difícil al delincuente.
REFUERZO DE VENTANAS
Según los datos disponibles, 6 de cada 10 robos de viviendas en España se producen a través de las ventanas. Esto, aplicado a las segundas vivienda se disparar. La solución está en mejorar la seguridad en este punto, y todo dependerá del presupuesto con el que contemos.
La alternativa más barata pasa por cerrojos, manillas con llaves, bloqueos de hojas correderas y alarmas para ventanas. Podemos acompañar todo esto con vidrios antirrobo y rematar con persianas autoblocantes.
VIDEOPORTERO INTELIGENTE
Imagina poder comunicarte con tu segunda residencia cuando llamen al timbre. Esta es solo una de las muchas posibilidades que brindan los videoporteros inteligentes.
Al tener una vigilancia permanente sobre la entrada a la casa, este tipo de dispositivos cumple una función similar a la de los sistemas de videovigilancia. Eso sí, tenemos que contar con recursos tecnológicos suficientes para poder ver las imágenes a tiempo real.
CUIDADO CON LA PUBLICIDAD
Hablamos de publicidad en términos de promoción de nuestra vivienda en las redes sociales e internet. Si estamos pensando en ponerla en alquiler, debemos tratar de buscar inquilinos sin publicar el inmueble en los portales especializados, ya que éstos son una fuente de información para los delincuentes.
REFUERZO DE TU PUERTA
De nada nos servirá cambiar cerraduras y venta si todo esto no lo acompañamos con una buena puerta blindada. Se trata de una inversión importante, pero estamos ante uno de los principales puntos débiles de la segunda residencia.
En el mercado encontraremos modelos de todo tipo, aunque el que más nos interese es el que se denomina «puerta anti-okupas». Suele estar fabricada completamente en acero galvanizado, carecer de mirilla y llevar una placa de manganeso junto al bombín.
Estas puertas cuentan también con un escudo macizo que protege la cerradura, tornillería con cabezales especiales y burlones para evitar su extracción. El precio de una puerta de estas características ronda los 1.000 / 1.500€. Es cierto que para un día a día son bastante incómodas, pero muy efectivas.
INSTALACIÓN DE ALARMA
Todo lo visto hasta ahora carece de mucho sentido si no protegemos el interior de la vivienda. Para ello, lo idea es contar con una alarma de seguridad dentro. Existen kit de seguridad específicos, equipados con cámaras de videovigilancia y detectores de movimiento que nos permite mantener la seguridad de nuestra casa aunque no estemos en ella durante meses.
En estos casos, lo que interesa una alarma conectada a una central, que sea capaz de poner en acción a la policía sin necesidad de intervenir. Los profesionales coordinarán la actuación idónea en función de la situación.
Cierto es que en el mundo de la seguridad no has y certezas absolutas, pero todas estas medidas nos acercan un poco más a la protección plena. Ignorar la seguridad de la segunda vivienda siempre supone aumentar el resiego general de sufrir robos.